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El éxodo de los niños de un país que ya no existe:

Republica española y las consecuencias que tuvieron que sufrir y que hoy, aun siguen pagando.


Ángel Fernández

Fuimos demasiado jóvenes para coger las armas, pero no para sufrir los horrores de los bombardeos, los campos de concentración en Francia, las colonias y lugares de encierro de miseria y los transportes en vagones para animales. Conocimos el hambre, la miseria, la desesperación. Muchos de nosotros nos encontramos huérfanos, abandonados a nosotros mismos.

De la Colonia infantil, de niños madrileños, en la Cellera de Ter (Gerona), mas de 20 niños murieron bajo las bombas fascistas, durante un bombardeo sobre Figueres.
Asistí a ese espectáculo de horror, escapando de ese lugar junto con otros niños. Nos perdimos, para al final, encontrarnos sumergidos en ese río humano que se llama: El EXODO.
No encontré a mi padre hasta el año 1941, o sea tres años después de nuestro último encuentro en la colonia de la Cellera de Ter.

En Francia fuimos creciendo en medio de ese ambiente revolucionario que engendraba el sueño de libertad.
Muy jóvenes aprendimos a aportar ayuda a los grupos de guerrillas (los maquis). En España, hombres y mujeres seguían la lucha contra la dictadura. Los años iban pasando y con ellos, nosotros íbamos creciendo.

Niños del Éxodo, fuimos llamados por las organizaciones o partidos políticos antifascistas en el exilio. Las guerrillas españolas necesitaban hombres nuevos. Contestamos: presente. Algunos solo teníamos 18 a 20 años de edad. La edad de todas las revoluciones, de todos los sueños.
Para muchos, ese sueño fué fatal. Cayeron bajo las balas fascistas, murieron por torturas o enfermedad. Algunos supervivientes, después de haber sido condenados a muerte, pasamos de 15 a 20 años en los presidios del franquismo.
Al salir en libertad condicional, nos encontramos en una sociedad que no era la nuestra. Era agresiva, ignorante e indiferente a nuestro pasado. ¿y decir que nosotros lo habíamos dado todo con la ilusión de salvar ese mundo de la tiranía en nombre de la libertad y la democracia?

No pudimos adaptarnos. Algunos de estos jóvenes, que ya teníamos 36 o mas de 40 años, no soportamos tanto cambio ni la persecución constante de las fuerzas franquistas, siempre dispuestas a encontrar un fallo en nosotros para encerrarnos de nuevo. Tuvimos miedo. Nos escondimos o volvimos al exilio. Hubo quien desapareció y no supimos nunca mas de él. Terminamos por perder el contacto entre nosotros.

Llegó la muerte del dictador.
Amnistía, clamaba la gente por la calle. El régimen cambió. Llegó un rey designado por Franco, una Constitución, el Estado monárquico se dotó de un gobierno. Dicen que es una democracia. ¡hay tantas formas de democracia que no puedo decir a que rango pertenece la del Estado español!
Curiosamente, la nueva democracia española, amnistió a los que lucharon contra la dictadura en defensa de la verdadera democracia. (Amnistía, quiere decir: Olvido de los delitos políticos, otorgado por ley) ¿Quién cometió el delito? ¿Nosotros que fuimos las victimas? ¡Pero cuanta falsedad! Los que cometieron el delito político contra la democracia, fueron todos los que con armas o sin éllas, fueron cómplices del franquismo. A ellos habría que amnistiar.

En el año 1990, el gobierno central, votó la Ley 4/1990 sobre indemnización por tiempos pasados en los presidios en nombre de la libertad. De nuevo, los niños de aquel otro país, los del exilio o los que quedaron encerrados en ese inmenso campo de concentración con su forma de piel de toro, volvimos a sufrir de la indiferencia por la discriminación y embustera Ley.
La Ley 4/1990, al principio fué para indemnizar años pasados en los presidios; así lo dijo Toval, diputado del PSOE. ¡No para compensar, exclusivamente, a los que lucharon con las armas contra la "Cruzada".
El gobierno, inventó barreras para apartar a esos niños que estorbaban, siguen estorbando y estorbarán, con su memoria.
Teníamos 20 años cuando fuimos condenados a muerte.
Nuestra juventud no fué obstáculo para que los conmutados de la pena de muerte, pasáramos de 15 a 20 años entre esos cuatro malditos muros.
El gobierno del Estado monárquico, añadió a la Ley, que teníamos que tener como mínimo, 65 años de edad en el año 1990. La trampa la encontraron, así quedábamos excluidos del beneficio de indemnización. Una vez mas, los niños de aquel país que dejó de existir, pagábamos la ira con la que siempre se nos miró y se nos trató.
Mi amigo Ibáñez, no pudo soportar tanta injusticia, tanta mentira y odio hacia nosotros. Desapareció dejando a la familia, no queriendo saber nada de esta sociedad compuesta de odio, venganza e indiferencia. Un día, encontraron muerto a un vagabundo en una calle de Valencia; era Ibáñez, mi amigo y compañero. La sociedad y los gobiernos del Estado monárquico, pueden estar orgullosos de haber conseguido eliminar ese hombre que dio 20 años, los mejores de su existencia, por la libertad y la democracia.
La Ley 4/1990, siguió y sigue castigando a los niños de ese país que dejó de existir por las armas de la "Rebelión militar", hasta condenar a muerte o al olvido los pocos que quedamos de esa época de lucha.
Después de diez años de recursos ante los ministerios, el abogado, con fecha de mayo 2002, presentó el recurso de alzada ante la Sala de lo contencioso administrativito del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Este dice: Se da por acreditado que D. Ángel Fernández Vicente, miembro de la CNT, nacido el 14 de julio de 1928, fué condenado a muerte por Consejo de Guerra en Zaragoza el 16 de Marzo 1950, en el procedimiento sumarísimo 682/49, conmutada a la pena de treinta años de prisión, por delito de bandidaje y terrorismo, el 10 de mayo de 1950. Estuvo en prisión, junto con varios de sus compañeros desde el 5 de junio de 1949 hasta el 12 de julio de 1964, un total de quince años, un mes y siete días, siendo amnistiado el 12 de enero de 1996 por resultar acreditado que los hechos por los que había sido condenado revistieron intencionalidad política.

El recurrente cumple en consecuencia los requisitos establecidos por la Ley 4/1990, excepto en el hecho de no tener 65 años el 31 de diciembre de 1990 (tenia 62 años y medio). Compañeros que participaron en las mismas acciones que él, por tener unos años más, han sido beneficiarios de las indemnizaciones previstas por la Ley 46/1977 de 15 de octubre.

El articulo 14 de la Constitución Española consagra el derecho a la igualdad y proscribe el trato discriminatorio en el goce de los derechos y libertades. El articulo 9.2 encomienda a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad sean reales y efectivas y el 9.3 proclama la interdicción de arbitrariedad de dichos poderes.

La Declaración Universal de los Derechos del Hombre, en su Art.2 establece: "Todos los hombres son iguales ante la Ley y tiene derecho sin distinción a igual protección de la Ley. Todos tienen derecho a una protección igual contra toda discriminación que viole la presente declaración y contra la provocación a tal discriminación."

El único elemento que diferencia al recurrente de varios miles de luchadores contra la dictadura franquista que percibieron las indemnizaciones por prisión es su edad, el haber cumplido en su conciencia y convicciones antidictatoriales siendo mas joven que otros.

El Tribunal Constitucional ha dicho, en su sentencia del 19 de mayo de 1997 "El principio de igualdad que garantiza el art. 14 de la C.E. y que está protegido en último termino por el recurso constitucional de amparo (art.53.2) opera en dos planos distintos:
De una parte frente al legislador o frente al poder reglamentario impidiendo que uno u otro puedan configurar los supuestos de hecho de la norma de modo tal que se de trato distinto a personas que desde todos los puntos de vista legítimamente adoptables se encuentren en la misma situación, impidiendo que se otorgue relevancia jurídica a circunstancias..... que no guardan relación alguna con el sentido de la regulación que, al incluirlas, incurren en arbitrariedad, y es por eso discriminatoria".

"En otro plano, el de la aplicación del principio de igualdad, obliga a que la ley sea aplicada efectivamente de modo igual a todos los que se encuentren en la misma situación, sin que la aplicación pueda establecer diferencia alguna en razón de las personas o de circunstancias que no sean precisamente previstas en las norma" (En el mismo sentido TC 12-7-1988 y 29-6-2000).

Es cierto que el Tribunal de Justicia de Madrid, Sección Novena, se ha expedido ya en casos semejantes al del recurrente denegando el derecho a las personas que no tuvieran cumplidos los 65 años el 31-12-1990 citando en la jurisprudencia del T.C. de 10 de julio de 1981, 14 de julio de 1982 y 10 de noviembre de 1993, que el legislador solo puede establecer trato diferenciado cuando tenga que resolver situaciones diferenciadas facticamente, que requieran en su solución, por su mismo contenido una decisión distinta, pero ello si existe una justificación objetiva y razonable.

Sin embargo, en el limite de la edad adoptado y que excluye al recurrente, tal justificación no existe. Evidentemente, la Ley pretende "resarcir" no solo a los que han participado a la guerra civil, sino también a aquellos que con posterioridad a la misma combatieron la dictadura, aunque no hubieran participado a la guerra civil. De hecho, los compañeros del recurrente, que también participaron en acciones ^políticas y militares en los años 40 y 50, no están excluidos y pueden cobrar las indemnizaciones si hubieran nacido antes del 1925.
Es decir, que actuando juntos, con los mismos objetivos, métodos y propósitos, a unos, por tener una edad se les concede una indemnización de la que otros quedan excluidos, solamente en razón de su edad. Ya la Ley de amnistía había puesto un limite, este si razonable; al fijar el 15 de diciembre de 1976 como fecha para poder acogerse a los beneficios de dicha medida.
No se ponen allí limitaciones por la edad de las personas. Sin embargo, al fijarse las indemnizaciones, sin permitir la valoración de los casos concretos, se pone un limite de edad que se demuestra, en casos como el presente, injusto y discriminatorio, ya que ampara o no a las personas en función solamente de su edad provocando exclusiones irrazonables como la del recurrente.

Frente a la tesis, plasmada en algunas sentencias, de los diversos objetivos de la Ley de Amnistía y la Ley 4/1990, debemos decir que es esta propia ley la que remite a la Ley 46/1997, no existiendo en la misma ninguna limitación, en el sentido de que los beneficiarios hayan participado directamente en la guerra civil, como condición para percibir las indemnizaciones.

De hecho, las indemnizaciones han sido percibidas por miles de personas que sin haber participado en la guerra civil, o habiéndolo hecho, fueron encarcelados por hechos posteriores a la misma. Y debemos decir que una cosa es la facultad de poner un limite y otro es que dicho limite puede provocar, en situaciones idénticas, soluciones distintas y por tanto discriminatorias. Si los compañeros del recurrente, que participaron en las mismas acciones, pueden cobrar las indemnizaciones, no tiene justificación que el mismo no tenga derecho a hacerlo por haber nacido 3 años después.

La contestación del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, no puede ser más lacónica y discriminatoria, mostrando una vez mas que el "odio" de ayer sigue presente hoy, contra los jóvenes que a partir de marzo 1947, en que se declaró oficialmente la Nueva Ley de Sucesión, en la que su primer articulo estipula: "España, como unidad política, es un Estado católico, social y representativo que, conforme con su tradición, se declara constituido en Reino".
El segundo articulo, especificaba: " La Jefatura del Estado corresponde al Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos, Don Francisco Franco Bahamonde." Así se estableció la monarquía. El futuro rey deberá jurar que acata la Leyes Fundamentales del régimen y del Movimiento.
Seguidamente se votó el decreto-ley de lucha contra el terrorismo y el bandidaje (19 abril 1947) La lucha de esos jóvenes fué y sigue sin duda juzgada como lucha contra la dictadura del Reino español.
Fuimos juzgados con la ley contra el terrorismo, pero a nosotros,, las victimas del terrorismo de la dictadura del Reino español, no nos han indemnizado, ni pagado pensiones, ni ofrecido medallas, ni nos han reconocido como combatientes de la Libertad.. Bien al contrario, ¡se nos remata como al toro en la arena!

Hoy, tengo que dar las gracias a las autonomías del Estado español, en particular a Cataluña, por haber tenido la valentía y la honradez, de votar la Ley de indemnización por tiempos pasados en los presidios franquistas, indemnizando a los que el gobierno del Estado monárquico olvidó intencionalmente.
Mas que el valor material, es la grandeza moral que nos ha devuelto. Nos ha quitado la etiqueta de bandidos y terroristas. Ahora podemos morir como hombres libres. Lástima que haya llegado demasiado tarde para muchos, como le pasó al "esqueleto de Mauthausen" que murió en los brazos de mi tío a los pocos minutos de ser liberado por las fuerzas Aliadas.

Por fin, hasta donde y para quien.
El día 16 de m ayo del año 2001, el Congreso aprobó por "unanimidad", la rehabilitación total de los combatientes guerrilleros españoles y eliminar de los archivos la calificación de "bandoleros y malhechores".
(La confusión que presenta esta terminología es la siguiente: El decreto ley del 19 de abril 1947 dice "Bandidos y Terroristas", aunque la Ley sobre amnistía, reconoce nuestra intencionalidad política en los hechos de lucha contra el franquismo.
>Mi pregunta es: ¿estamos incluidos en esta rehabilitación, los que seguimos esta lucha a partir del año 1947 y salimos de los presidios en los años 1964 a 1970? ¿ o es que a partir del 1° de abril del año 1947 (ley de sucesión) nuestra lucha era una guerra contra otra forma de Estado? Es decir el Reino de España tal como lo decretó Franco.

El Congreso consideró que los guerrilleros anti-franquistas "han aportado mucho a la lucha por la democracia y por ello "no se puede poner un manto de amnesia"
Leguina, aseguró que la democracia española tiene "una deuda" con los guerrilleros anti-franquistas y que debemos aclarar las posiciones sobre el pasado.
El portavoz del PP, Manuel Atienza, expresó su apoyo a su rehabilitación política en aras del espíritu de reconciliación nacional.
El diputado CIU, Joseph López de Lerma, dijo que la transición, no puede dejar a nadie atrás y añadió que "quienes tuvieron dignidad, deben tener el reconocimiento de la Cámara".
Desde BNG, el diputado Guillerme Vazquez señaló la necesidad de reconocer, por la "credibilidad de la democracia" a esas personas que lucharon y entregaron su vida por la libertad. De no hacerlo "seria excesivo por no decir vergonzoso".
La diputada PNV, Margarita Uria y el representante de CHA, José Antonio Labordeta, consideraron que "es hora de hacer justicia" hacia los maquis, que representaron el primer aire de lucha por la democracia que llegó a este país.
La moción presentada por IU, fué aprobada por 296 votos a favor, uno en contra y una abstención.
La intervención de Felipe Alcaraz Masat, portavoz del Gr. P.F. IU, terminó diciendo: "agradezco la lucha de los combatientes guerrilleros españoles (antes habló del abandono de la lucha en los años 50, pues dice que ya no tenían fuerzas para seguir".
Yo añadiré que muchos murieron en combate, otros fueron fusilados y los que aún quedamos en pié, ¡fuimos condenados a 30 años de reclusión mayor y no salimos en libertad hasta los años 64 o 70!
Estos guerrilleros, han aportado mucho, siguió diciendo - aunque ha tardado mucho su reconocimiento - a la lucha por la democracia, a la conquista de la democracia en este país. La transición repesca los últimos reductos de la desmemoria y este, no es cualquier reducto, es el reducto de la dignidad, de la pasión por la libertad de gentes que lo abandonaron todo por una lucha que no tenia una salida clara.
Hoy en día, noviembre del 2002, todo cuanto se ha dicho, sigue sin estar bien claro, mientras la Ley 4/1990 sobre indemnización por tiempos pasados en los presidios franquistas, siga excluyendo a los "jóvenes" que dieron sus mejores años de la vida, soñando con la democracia. Esta Ley que nos desprecia injustamente es anti-democrática; ha condenado a morir a algunos de estos jóvenes que no llegaron a tener los 65 años de edad en 1990. Solo hay que ver la historia de José Ibáñez Sebastia. El que murió como un vagabundo en las calles de Valencia.
Muchas veces he oído decir: "Ya basta, no queremos oír mas hablar de ese pasado". Quisieron hacer el vacío de ese pasado que nos persigue desde hace muchos años. Pero el vacío de la muerte, seca el manantial mas rico que pueda dar vida al deber de memoria. Es decir el testimonio de esta historia que fué una de las mayores tragedias del siglo pasado.
Un día de desesperación, encontré una estrella que brillaba mas que las otras. Era la estrella de la Esperanza en un mundo mejor, mas humano, mas solidario, sin odios ni venganzas y sin niños de la guerra.
No siento Odio, el odio envilece al hombre. No quiero Venganzas, la venganza forma los eslabones de la cadena de los crímenes. Pero quiero Justicia. No la justicia impuesta por los que nunca pronunciaron la palabra democracia antes de la muerte del dictador y le ayudaron a firmar las penas de muerte, ni esa justicia que firmaron algunos que nos traicionaron, ni tampoco esa que ayudó a redactar ese ex ministro de Franco, que dijo: prefiero vivir con las manos manchadas de sangre, antes que vivir con las manos mojadas de agua como Poncio Pilatos. Quiero una justicia sencilla y humana.
No quiero dormir sobre un lecho de odio a pesar de tanta tortura física y moral sufrida durante mi existencia. Tal vez estoy escribiendo de un sitio que no existe pero en el que estoy presente. Quiero que mis nietos y todos los nietos del mundo, puedan encontrar flores en los campos, cuando sean grandes.

Para terminar, diré que todos cuantos hemos vivido estas situaciones, tenemos la obligación de escribir sobre nuestro pasado, para que la "Memoria" no muera. Que no la entierren ni la devore el tiempo. Tenemos la obligación de guardar todos los documentos que conciernen este pasado para que nadie se atreva a decir que hemos inventado una historia. Un país sin pasado, sin memoria es un país falso y moribundo.
Cuando llegó la democracia española, alguien dijo: Ahora hay que cerrar las cicatrices. Hoy, después de tantos años, se le puede contestar, que nuestras cicatrices siguen sangrando.

Els dibuixos que fem servir per il·lustrar aquest article son originals de les colònies infantils que varen acollir als nens que s'evacuaren a zones més segures a mida que les tropes feixistes avançaven, actualment aquets dibuixos estàn dipositats a l'Universitat de Colúmbia, qui té una web amb 153 d'aquests dibuixos, per saber més visiteu la secció "Reportatges" de la web.

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