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La Quinta del Biberón vuelve a la sierra de Pàndols
Emotivo homenaje en el 66 aniversario de la Batalla del Ebre
V. M. (Diari Tarragona)

Coincidiendo con el 66¼ aniversario del comienzo de la Batalla del Ebre, la cota 705 de la sierra de Pàndols (uno de los escenarios más sangrientos de la guerra civil) acogió el homenaje a los supervivientes de la llamada Quinta del Biberón. Estuvieron presentes en la cita unas 200 personas, llegadas de distintos puntos de la provincia de Tarragona, que también tuvieron un sentido recuerdo para los que fallecieron en el crudo episodio del conflicto bélico español. En torno al Monument per la Pau, símbolo de la convivencia y de la hermandad, los protagonistas de la jornada participaron en una misa y rememoraron, un año más, una época difícil que no se les ha borrado de la memoria a pesar del paso del tiempo.

Los componentes de la Quinta del Biberón fueron llamados a filas en 1938, y lucharon en los frentes del Ebre y del Segre, con tan sólo 17 años. Muchos de ellos hallaron la muerte en combate y otros quedaron marcados para el resto de sus vidas, como explica el presidente de la Agrupació de la Lleva del Biberó en la provincia de Tarragona, Pere Godall. «Lo que sucedió durante aquellos meses no se olvidará mientras vivamos, por eso queremos celebrar este día entorno a un monumento que simboliza la paz y que está dedicado a todos los que murieron, tanto de un bando como de otro. También es una forma de homenajear a los que pudimos salir vivos».

El mismo Godall nos relata su dura experiencia, aunque apunta que «a pesar de las complicaciones con las que nos encontramos, yo siempre pensé que me salvaría, porque un año antes, en un bombardeo sobre Tarragona, perdí a gran parte de mi familia, y sólo me quedaron mis hermanos y mi madre», recuerda. Este ex director de banco y músico explica que «cuando se produjo la retirada de Mequinenza, los días 14 y 15 de agosto, iba a cruzar una pasarela, pero me encontré con un herido en una camilla que obstruía el paso, y tuve que meterme en el río sin saber nadar. Sólo cinco minutos más tarde, el lugar fue atacado por un mortero. Cuando tienes que vivir situaciones tan terribles, te haces fuerte , porque ves morir a amigos con frecuencia».

Al igual que Pere, otros supervivientes de la Batalla del Ebre se acercaron hasta la cota 705, acompañados de familiares y amigos, que quisieron compartir con ellos una jornada tan especial, en la que se celebró una misa y una ofrenda floral, entorno al Monument per la Pau (inaugurado el año 1989), en memoria de los que lucharon y murieron en esta cruel batalla. En total fueron unas 200 personas las que se acercaron hasta un sitio, que fue un auténtico infierno para muchos de los combatientes.

Memoria prodigiosa
La quinta del Biberón tuvo que lamentar un gran número de bajas, y eso contribuyó a que los que lograron salir con vida fueran considerados prácticamente como héroes. Han pasado ya 66 años de la Batalla del Ebre, y los chavales de entonces, son hoy personas octogenarias, que siguen manteniendo intactos en la memoria episodios, fechas y anécdotas.

Un claro ejemplo es Isidre Castells, nacido en Montoliu de Cervera pero casado desde hace casi 60 años en Santa Coloma de Queralt. «Cuando llamaron a filas a nuestra quinta, recuerdo que pasaron varios días hasta que vinimos a Móra d«Ebre, y de allí nos fuimos a Benissanet y dimos el salto a la Serra de Cavall. Pasamos por muchos momentos de apuro, pero se me viene a la cabeza un día, en el que estaba con tres compañeros y nos explosionó una bomba a muy pocos metros; la reacción fue abrazarnos y, milagrosamente, pudimos salir sin ninguna herida». No pasó por tantas peripecias como él Pere Jaume Álvarez, vecino de Corbera d«Ebre. «Sólo estuve una tres semanas en la Batalla del Ebre, y luego me hicieron prisionero y me trasladaron a un campo de concentración en León, en el que estuve durante tres meses. Fue una experiencia muy fuerte para mi y para toda mi familia». También quedó impresionado por la magnitud de los hechos Lluís Perera, de Vila-seca. «Primero estuvimos en la zona de Mequ

inenza, y fue precisamente allí donde me hirieron. Todavía hoy tengo restos de metralla en mi cabeza». Afortunadamente, Lluís pudo recuperarse satisfactoriamente, aunque a finales de noviembre de aquel año enfermó, y «tuve que pasarme bastante tiempo internado en distintos hospitales. La verdad es que padecimos mucho», apunta este jubilado de 84 años.

Final de la jornada con exhibición
La emotiva jornada de homenaje a los componentes de la quinta del Biberón terminó, por cuarto año consecutivo, con una exhibición del avión F18, perteneciente al ala 15 de la Base Aérea de Zaragoza, dedicada a los caídos y participantes en la Batalla del Ebre, así como a todos los presentes en el acto. Después de este broche de oro, los «biberones» volvieron a sus lugares de origen.

 

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